miércoles, 24 de febrero de 2010

HASTA LAS NARICES


Echas los garbanzos a remojo y te preguntas por qué los pones siempre en agua caliente y sal, entonces tienes la genial idea de que, para probar, vas a suprimir esta vez la sal ¡a ver qué pasa!


Estás a las 11 de la noche haciendo los susodichos garbanzos para el día siguiente y piensas qué bien estás llevando esta semana lo de las comidas de un día para otro ¡viva la organización aunque te tengas que acostar a las mil y una!


Te levantas a las 7, desayunas, te medio preparas, llevas el primer turno al insti. Vuelves a casa, despiertas al segundo, le haces el desayuno, le preparas la ropa y mientras se viste, tú te acabas de arreglar. Segundo turno al cole. ¡Las 9 de la mañana y ya estás estresada!


Te vas a trabajar,trabajas y trabajas.


1:55 ¡a por el niño al cole!, mientras esperas por la chica del insti compras el pan.


2:30 llegas por fin a casa. Tu marido tiene la mesa casi preparada y está echando los garbanzos en los platos ¡que bien! de repente le ves que tuerce el morro y dice:


- mmm,¿estos garbanzos son los de siempre?


A lo que tu contestas quitándote los zapatos...


-Sí, además eran los últimos del bote.


-¡Pues parece que van a estar un poco duros!


Te sonríes explicándole tu maravillosa idea, pensando que iba a ser una anécdota simpática y de repente... no lo puedes creer... y oyes...


-¿Porqué te crees que llevas haciéndolo 18 años?


-Sí cariño, pero quería saber si en realidad era el agua caliente o la sal.


-Pero es que de verdad no te acuerdas?


-Pues no, no lo sé. Será cosa de mi mala memoria, ya sabes.


-Es que no lo puedo creer


-¿Por qué me miras así? No creo que sea para tanto. Qué mas quisiera yo que acordarme de todo, pero soy así y no lo puedo remediar.


-¡Ah claro! cuando te pasa a tí es tu mala memoria y cuando yo tengo un despiste me montas la bulla.


-Pero ¿de qué estás hablando?.


-¿De verdad quieres que te conteste o me cayo?


-No entiendo nada.


-¿Te contesto o me cayo?


-¡Me estoy sintiendo amenazada!.


-¡Cómete tú los garbanzos!






Los pobres garbanzos no estaban tan duros...








miércoles, 10 de febrero de 2010

AAAAAAGGGGGGGGG!!!




Cerca de mi trabajo hay un quiosco en el que siempre compramos el tentempié de media tarde (osease, guarrindongadas que diría mi sobrina).

El tipo que despacha nunca me dio buenas vibraciones, vamos, que es repelente en cuanto a su aspecto y forma de hablar con su "hola reina" pa'quí "gracias reina" pa'llá, pero por eso de llevarse bien con los vecinos (y que es el quiosco más cercano), pues ¡vamos! que seguía yendo a él.

De vez en cuando me daba a probar que si un caramelo, que si un bombón... con lo que yo pensaba: -Mira que soy mala! a que resulta ser un tío majo y yo echándole pestes sin conocerlo... Siempre pensando que yo no sería la única, ¡vaya! que también le daría a probar su mercancía a otros clientes/as.Pero ay inocente de mí!!! Hace unas semanas entro a comprar mis gusanitos preferidos (y de paso caramelinos para ofrecer a los clientes) y se alegra enoooormemente de que haya entrado porque precisamente estaba pensando que necesitaba alguien que probara las aceitunas que acababan de llegar.Eran de estas...Gordal, me parece que se llaman..., yo ni corta ni perezosa cojo una, me la acerco a la boca y me dispongo a darle un mordisco cuando le oigo decir - No, tonta, metetela toda en la boca que sabe mejor...AAGGGGG!!!... Me quedé bloqueada, no sabía qué decir, disimulé como pude, pagué mis chuches y me fui casi corriendo del lugar. ¿Será cosa tuya Sunny?, seguro que no quería insinuar nada, son imaginaciones tuyas, es que le encuentras doble sentido a todo, hay que ver cómo eres...



Cuando se lo conté a mi Juan, nos reímos un buen rato y de ahí no pasó. Incluso lo olvidé...hasta este día que vuelvo por allí a por más caramelos de colores y me dice...- Te voy a dar un caramelo que verás que rico- a lo que yo contesto que no se moleste, que no tengo ganas...
-Toma reina, ya verás que bueno.

-Pero si es normal, de menta- digo yo toda seria y borde.

-Sí, pero ya verás cómo es más rico, toma.

Yo lo cojo, ya más por vergüenza de tanto resistirme que por ganas del puñetero caramelo, lo que quería era que me cobrara mis caramelos e irme de allí "cagando leches"..y...de repente me dice- Ya verás cuando te lo metas, que boca tan fresca te queda...-AAAAAAGGGGGGGGGGG!!!

No es ya lo que dice, sinó CÓMO lo dice, con esa cara de baboso que no puedo con él.

De verdad que no suelo ser así y aún me pregunto si será mi mente la que me juega malas pasadas y no será como yo pienso. Quizá fuera todo de lo más inocente, pero hablándolo con mi marido nos damos cuenta que siempre me lo decía cuando estábamos solos, si había gente, o esperaba a que se fueran o no me decía nada que pudiera malinterpretar.

¿QUÉ PENSÁIS VOSOTR@S?